martes, 18 de febrero de 2014

UTILIDAD DE NUESTRAS ENSEÑANZAS


¡Hay que ver cómo somos los maestros! El pasado fin de semana me fui con mi familia a Londres, y en vez de relajarme, disfrutar y volver con las pilas cargadas, me ha dado por reflexionar acerca de la utilidad de lo que enseñamos en la escuela, todo partiendo de mis vivencias a lo largo de esos dos días.
Voy a desarrollar mi reflexión en dos ámbitos diferenciados. En primer lugar, voy a comentar el interesantísimo (y creo que poco trabajado) tema de las competencias básicas. ¿Serían nuestros alumnos "competentes" si salen de las aulas? Por ejemplo, en el aeropuerto. No resulta sencillo orientarse correctamente en ninguno de ellos, mirar los paneles, localizar la puerta de embarque. Y todo eso resulta imposible de aprender en el aula, por lo que tendríamos que plantearnos situaciones reales de aprendizaje, proponer actividades fuera del colegio donde ellos tengan que "sacarse las castañas del fuego". Otro ejemplo sería la recepción de un hotel. Saber registrarse, rellenar el formulario correspondiente... Pienso que, con un poco de creatividad, en prácticamente cualquier ciudad del mundo seríamos capaces de diseñar situaciones que les suponga desenvolverse fuera del ámbito escolar.
El otro ámbito sobre el que quería reflexionar es el lingüístico. Soy maestro de inglés, y me pregunto si nuestro alumnado sería capaz de "sobrevivir" en un país de habla inglesa con lo que yo les enseño en la escuela. Por suerte, desde hace ya unos cuantos cursos, me decidí a cambiar la metodología de las clases, olvidarme bastante de la gramática y el libro de texto, y plantear todo mi programa en torno a la adquisición de las cuatro destrezas comunicativas. Con ello, he conseguido que el alumnado mejora su competencia de expresión oral (speaking), aunque debo replantearme los campos semánticos que trabajamos, ya que, por ejemplo, creo que no tienen ningún vocabulario sobre los aeropuertos. También han mejorado algo su comprensión oral (listening), pero pienso que no exploto lo suficiente los recursos que hoy en día me ofrece Internet. Yo mismo me encontré con algunas dificultades para comprender a determinadas personas, "city". Por fortuna, hay cientos de páginas en Internet que les permite oír a personas con verdadero acento británico (no como el mío) o proyectos como "eTwinning" a través del cual deben usar la lengua en un contexto comunicativo real. Y, desde luego, lo que menos hice en esos dos día fue leer (como mucho, los carteles que hay por la calle, pero eso es vocabulario) y prácticamente nada de escribir (solamente, rellenar el formulario de registro en el hotel). Y, eso sí, absolutamente nadie me corrigió la gramática.
Así pues, hago un llamamiento a todo el profesorado en general a replantearse el tema de la significatividad de los aprendizajes. El tema de las competencias básicas es más serie e importante de lo que parece, y no sirve la solución que nos han ofrecido las editoriales en estos últimos años de colocar un cuadrito en la plantilla de las programaciones indicando que "en esta unidad se trabaja la competencia X". Y, en particular, al profesorado de lenguas extranjeras. Replanteémonos qué estamos enseñando, cómo lo hacemos y si eso les va a servir para algo a nuestro alumnado cuando salgan de la escuela.

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